Muy buena película del director Rupert Wyatt. Lo que en un principio parecía imposible que era contar, con cierto interés para el espectador, el origen de la historia del planeta de los simios, se ha conseguido, al menos para mi, con una calidad bastante superior a la media de las producciones americanas que nos han llegado este año.
Una empresa farmacéutica trabaja con monos para buscar una cura para el alzheimer, Will (James Franco) se lo toma como algo personal ya que su padre padece dicha enfermedad. Cuando inoculan el virus benigno al chimpancé, este comienza a desarrollar una inteligencia fuera de lo normal. Will “adopta” a Cesar, un primate recién nacido, que debido a los ensayos está experimentando esa inteligencia. Pero el ALZ 112, nombre del virus, resulta que falla con el tiempo.
Este es el principio de una historia que sin duda te mantiene en vilo a lo largo de sus 100 minutos, con una primera parte del filme donde se desarrolla la relación de Will con Cesar, sin duda lo mejor de la película para quien esto escribe. Esa inteligencia que Cesar adquiere por el virus ALZ 112, le hace ver como su especie es maltratada, bien mediante los zoos o en los experimentos clínicos donde son utilizados como meros conejillos de indias, lo que hará que albergue una desconfianza hacia los humanos, desembocando en una segunda parte del filme donde se produce la rebelión de Cesar y los simios. He de decir que me ha gustado mucho como se refleja en la película la futura dominación del mono sobre el hombre en el planeta, pero no digo más nada respecto al tema. También me ha gustado como el director logra que el espectador empatice con Cesar, así cuando éste se rebele no podemos sino comprenderle y sentir que está haciendo lo correcto para con su especie.
A destacar los efectos visuales, son simios creados por ordenador creo que al estilo Avatar, y la verdad es que son muchos mejores que los que hizo Tim Burton hace unos 10 años. Las expresiones de los simios, sus formas de actuar están perfectamente ejecutadas. También destacar la partitura de Patrick Doyle, sin duda alguna a la altura del filme.
En definitiva una de las películas a destacar del 2011.
Nota del Filme: 8 de 10.