lunes, 5 de diciembre de 2011

BLACKTHORN (2011)



Notable y apreciable western que viene bajo la sorprendente dirección de Mateo Gil, amigo y  colaborador de Amenábar, juntos han firmado los guiones de Tesis, Abre los Ojos, Mar Adentro o Ágora, además debutó en la dirección en 1999 con Nadie conoce a Nadie. Viendo el currículo del canario la verdad es que me daba pavor acercarme a Blackthorn, ya que su anterior cinta me parece soberanamente un peñazo de película. Además quien me conoce sabe que yo soy muy especial para los westerns, y éste no respondía precisamente al tipo de cine del oeste que me apasiona. Pero hete aquí que he decidido darle una oportunidad y de ahí lo de colocar en la primera línea el adjetivo sorprendente.

En Bolivia, se escondieron los célebres forajidos Buth Cassidy y Sundance Kid (los Redford y Newman de Dos hombres y un destino) huyendo de la justicia en Estados Unidos, pero el ejército boliviano dio buena cuenta de ellos y los cosieron a balazos en 1908. Era el final de una leyenda, o entiéndase en el filme el principio de otra, porque aquí se nos cuenta que Cassidy no muere en tal tiroteo y que logra escapar, adoptando una identidad falsa, James Blackthorn, y en Bolivia vivirá hasta que tras veinte años decide volver a Estados Unidos. Esta es la premisa de la película, por lo que no os he contado nada para el neófito que se acerque a verla.

Destacar que a veces el gusto por la llanura boliviana peca en exceso y el director de fotografía se tira minutos diciendo “mirar lo bonito que es el oeste boliviano” y tenemos así multitud de vistas de montañas y llanuras, quitando ese exceso de adorno y sustituyendo a cuatreros y sucios cowboys por ¿vaqueros? bolivianos, nos queda un western a tener en cuenta. Mucha culpa de ello la tiene Sam Shepard, un actor que hace suyo el papel desde el primer fotograma, su compañero de reparto, Eduardo Noriega, me sigue dando la impresión que le falta chispa para ser un buen actor, desde luego no acaba de convencerme su interpretación en este filme.

Otro aspecto que vamos a resaltar es la banda sonora que suena a lo largo del filme que si bien no es un Morricone o un Alfred Newman ( La conquista del oeste) o un Steiner, si queda bastante bien en la película la música de Lucio Godoy.

En definitiva estamos ante un western ibérico en el cual aplaudo sus virtudes y aparto a un lado sus carencias, que las tiene. Todo por volver  nuevamente a las llanuras (en este caso bolivianas) espoleados a lomos de un caballo. Yijaaaá!!


Nota del Filme: 6,5 de 10.

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