Último filme dirigido por el recientemente fallecido Tony Scott. Película de hora y media de duración, en la que el protagonista es un tren sin conductor lleno de cargamento tóxico y que va directo a empotrarse en una pequeña población de Pensylvania. Dos trabajadores de los ferrocarriles serán los involuntarios héroes.
Estilo 100% videoclipero y música estridente, todo marca de la casa, made in Scott.
Es una cinta pachanguera para echar la tarde, muy entretenida, siendo ese el cometido. Tiene el aliciente del "basado en hechos reales", para los morbosos.
Nota del Filme: 5,5 de 10.
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